Las Gawazi se documentan a partir de que los extranjeros europeos comenzaran a viajar a Oriente Medio y escribieran sobre las escandalosas y exóticas bailarinas egipcias. La razón parece ser la misma de que no haya documentación de las bailarinas de Estambul, y es que simplemente no era una dedicación respetable para la mente occidental o lo suficientemente interesante para una sociedad en la que sólo una élite respetable sabía cómo escribir. En la historia egipcia si existen indicios de que hubiera bailarinas profesionales desde tiempos remotos y de que la danza era parte de la vida diaria; pero sus nombres o lo que llevaban no lo sabemos con seguridad, así
que seguiremos viendo a las Gawazi a través de los extranjeros que escribieron sobre ellas. Se las sitúa en torno al delta del Nilo, en las ciudades de Alejandría y El Cairo, concretamente en Tanta y Sumbat. La ciudad de Sumbat es famosa por ser la cuna de muchas bailarinas, cantantes y artistas. Viajaban continuamente por las ferias y celebraciones religiosas, rodeadas de músicos, cantantes, magos, sufíes, rifaíes (encantadores de serpientes), estafadores, bufones y contadores de chistes.

Desde 1250 hasta 1517, el país estuvo gobernado por sultanes y príncipes mamelucos cuyo origen no era árabe. El príncipe mamlukí Aybek se casó con Shagaret el Dorr, y Egipto se convirtió en un principado mamlukí durante 3 siglos… Los mamelucos intentaron acercarse a los egipcios derrochando riquezas en fiestas que contenían danza y música. El sultán Qalawún levantó una sala en la alcazaba llamada DAHISHA, haciendo un lugar apropiado para la danza y la música, siendo frecuentado por numerosas bailarinas, llamadas entonces RISAT (directoras artísticas) y que representaban diferentes barrios o regiones de la ciudad.

En 1798 Napoleón Bonaparte lideró la primera expedición a Egipto, buscando (entre otras cosas…) una ruta alternativa a la India. En el Cairo, los soldados encontraron a las Gawazi, conocidas como BANAT EL BELED. Las Gawazi (cuyo significado es “invasoras del corazón”) eran gitanas, y se encontraban en asentamientos a lo largo del bajo Nilo y el Cairo, y que a la llegada de los soldados franceses lo aprovecharon como recurso para ganar algo de dinero. Sin embargo Auriant cuenta en su libro cómo fueron capturadas y decapitadas unas 400 Gawazi, cuyos cuerpos fueron puestos en sacos y arrojados al Nilo… El general Billier sugirió un trabajo más apropiado para las Gawazi, y consiguieron que fueran chequeadas por médicos y además, alquiladas…

A comienzos de junio de 1834, Mohammed Alí, gobernante de origen albanés de Egipto, publicó un edicto en el que se prohibía la danza en la vía pública. Algunas gawazi intentaron burlar esta prohibición y fueron desterradas a la ciudad de Esna (a 1000km al sur de El Cairo), pero se establecieron en ciudades del sur como Girga, Luxor y Edfú. Mohammed Alí argumentó (según dicen) que el motivo del destierro fue porque constituían grupos mafiosos que encubrían delitos y cobraban fuertes impuestos a sus protegidos… Se conoce la existencia de una escuela de danza en la ciudad de Shubrajit en 1852 donde aprendían danza niñas a partir de 10 años, normalmente aldeanas.

La actitud de los egipcios hacia las bailarinas era muy diferente. Durante el reinado de Haroun Al Rachid en el siglo XIX muchas bailarinas cantaban y probaron suerte en las artes musicales. Esta conversión tomó un nuevo nombre y empezaron a llamarlas ALMEH (de alemah, que en árabe significa “mujeres instruídas”). Excepto en ocasiones especiales, estaba considerado impropio tener Gawazis en las casas, y además porque era el lugar de las respetables Almeh. Las Almeh eran frecuentemente parte de harenes privados, y “enseñaban sus dotes de amor a través de sus sensuales danzas”…


Los extranjeros describen a las Gawazi con ajustadas túnicas cuyo origen deriva de las túnicas persas y turcas como se veían en las mujeres de la corte otomana. Otro distintivo asociado con las Gawazi son las mangas anchas a partir de los codos, derivado de los abrigos persas, algunos de los cuales tenían unas mangas tan largas que eran puramente decorativas. También llevaban chaquetas ajustadas o blusas y que a la cadera empezaban largas faldas, así como bombachos, pero sólo en harenes.

Las gawazi, además de bailar y cantar, realizaban tatuajes con henna a hombres y mujeres, adivinaban el futuro por medio de conchas y arena, y la lectura de los posos del café, realizaban la circuncisión a los niños, se encargaban de la animación de fiestas, acompañaban en los cortejos de los novios, tocaban los más variados instrumentos musicales y recitaban poemas. Se adornaban con joyas con un sentido religioso relacionado con el dios Bes (divinidad que se asocia con la alegría del hogar, la música, protector de los estudiantes).

Y esa idea de conjunto, donde cada una de nosotras aporta lo mejor de si misma es lo que el ballet Gawazi quiere reflejar.

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